- Un pez de hace 419 millones de años cuyos fósiles han aparecido en China es el más primitivo dotado de una mandíbula compleja. Arroja luz sobre la evolución de los vertebrados
La revista Nature describe esta semana la primera criatura dotada con lo que podríamos reconocer como una cara.
El Entelognathus primordialis, un pez acorazado de unos 20 cm de
longitud que vivió hace 419 millones años en los mares de la actual
China, es el vertebrado más antiguo con una mandíbula compleja de aspecto moderno. El hallazgo pone en tela de juicio toda la evolución de los vertebrados, incluidos los seres humanos.
La desarrollo de las mandíbulas es uno de los episodios
clave en la evolución de los vertebrados, pero la distancia entre
tenerla o no es tan grande que los científicos han encontrado siempre
muchas dificultades en conocer cómo se produjo el proceso. El hallazgo
de los fósiles del pez, conservados en perfecto estado, ha permitido a
investigadores de la Academia China de las Ciencias en Pekín y de la
británica Universidad de Oxford arrojar luz sobre uno de esos pasos,
cercano al final, en el que modernos vertebrados con mandíbulas, como
los tiburones y peces óseos (osteictios), surgieron a partir de una
colección de peces blindados con mandíbula conocidos como placodermos.
Una nueva «sonrisa»
El Entelognathus primordialis vivió a finales del Silúrico (de 423 a 416 millones de años) y es, precisamente, uno de esos placodermos.
Como tal tiene una especie de armadura que cubre su cuerpo por completo
y está dotado de una mandíbula sin dientes, pero, sorprendentemente,
esta es muy diferente a las placas sencillas que caracterizan al resto
sus congéneres y mucho más parecida a la «sonrisa» de los peces óseos.
Algo nunca visto en los placodermos, la boca es bordeada por los huesos
que se integran con las placas laterales, la mandíbula inferior se
compone de una «caja» alargada de placas óseas y cartilaginosas, y la
garganta y las branquias están revestidas de una serie de placas
articuladas.
El hallazgo podría cambiar lo que sabemos sobre la evolución temprana de los vertebrados.
Hasta ahora, se creía que el último ancestro común de todos los seres
con mandíbulas se parecía a las rayas y los tiburones modernos, pero el
nuevo fósil puede cambiar la historia. Probablemente, los vertebrados
tuvieron su esqueleto óseo desde el principio. «Este descubrimiento
sorprendente es un duro golpe a las viejas ideas acerca de la evolución
de los vertebrados», dice Brian Choo, autor del estudio, a la agencia
AFP. «Me quedé asombrado al ver este fósil por primera vez, y aún más
cuando empecé a entender las implicaciones que podía tener: Los
osteictios heredaron su esqueleto óseo de los placodermos», añade.
Matt Friedman, de la Universidad de Oxford, y Martin
Brazeau, del Imperial College de Londres, quienes firman un artículo que
acompaña el estudio en Nature, están de acuerdo. A su juicio, el
descubrimiento proporciona una evidencia convincente de la relación
evolutiva entre los placodermos y los peces óseos, y se ajusta a nuestra
comprensión de la evolución de los vertebrados.
«De vez en cuando, uno se enfrenta a unos restos, como el Australopithecus Lucy o los primeros dinosaurios emplumados descubiertos en China, que nos obligan a repensar lo que creemos conocer sobre la evolución de las especies. Este pequeño pez es uno de ellos», asegura Choo.